Centenario de Quillabamba: personajes ilustres destacan en programa de aniversario
La ciudad de Quillabamba, ubicada en la provincia cusqueña de La Convención, cumple este 29 de noviembre 100 años. Por ello, en el programa de festejos han creído conveniente resaltar la historia de la ciudad y de los personajes ilustres que han dejado huella en la provincia.
Durante la presentación del programa, el presidente de la Comisión Municipal de Festejos (Comufe), Teófilo Huaypar de la Cruz, indicó que es importante reconocer y valorar las acciones de diez personajes que han contribuido a la asistencia y progreso en favor de toda la colectividad. «Ha sido difícil escoger, pero creemos que hay muchos más, y esperemos en otra oportunidad, también se les mencione», añadió.
Entre los mencionados está Carlos Fitzcarrald, considerado el primer visionario del porvenir de la selva convenciana. Luis María Robledo, Lucio Carral, Pedro María Duque, recordado por haber donado terrenos para la construcción de la Central Hidroeléctrica de Chuyapi y Benjamín Latorre, quien introdujo por primera vez el cultivo del té.
Figuran además Cristhian Bües, Martín Pío Concha, primero en donar sus tierras para formar el pueblo de Quillabamba. Jorge Altamirano Andrade, quien fuera elegido cinco veces alcalde de la provincia, para muchos, hasta ahora, considerado el mejor burgomaestre.
Dentro de los personajes, también se hace mención a los misioneros dominicos como Monseñor Sabas Sarazola, gran impulsor de la creación del Hospital de Quillabamba, así como de la venida de un cuerpo de misioneras dominicas para la atención de los enfermos. El padre Alfredo Encinas Martin, recordado director de Radio Quillabamba y fundador de la Cooperativa de Ahorro y Créditos Quillabamba, hoy Quillacoop, además de la oficina de Derechos Humanos que hasta el día de hoy viene sirviendo a quienes más lo necesitan.
Es así, que la ciudad de Quillabamba, celebra sus 100 años de ser elevada de pueblo a la categoría Villa y ser declarada capital de La Convención, según Ley Nro. 2890, promulgada por el Gobierno de José Pardo y La Valle en 1918.